martes, 22 de mayo de 2007

Prosa

"El resuello del risco empapado en la brisa matinal que surca sus costillas diariamente y asemeja el quejido severo de río inverso que va y se funde con el cielo en las alturas como el mar bajo su cauce espumoso de nubes y profundo de espacio sideral mientras arrulla y bosteza en su despertar de polvos y nubarrones apurados al horizonte termina por ser un ritual alterno de mil voces suscitado en el espejo de su existencia kilómetros abajo por las aguas en sus cauces que llevan al ciclo a culminar en la vastedad de los oceanos que alimentan el aire mismo del que en un futuro se desprenderán millones de fragmentos en oleadas de guerreros cristalinos perdiendo mil batallas en lances contra el sol y sus diez mil espadas que arrancan de sus diminutos cuerpos el alma en una explosión mínima de vapor que se eleva hacia lo más extenso de aquel cielo ahora cementerio de valientes reunidos para recrear lo que en vida fue el mayor espectáculo jamás visto por el hombre o por cualquiera que haya presenciado al menos una vez la majestuosidad de las guerras más antiguas suscitadas sobre la faz de la tierra en un suceso tan rutinario como es el ciclo de las aguas.

¿Por qué no morir con esa dignidad en un grito de euforia?"

1 comentario:

Pequeña Saltamontes dijo...

¿Por qué no morir con esas dignidad en un grito de euforia?

Y caigo desmayada por la falta de aire...