miércoles, 2 de mayo de 2007

Madame


Madame toma fotos bellas. Madame trabaja mucho y muy bien. Madame es linda y muy simpática. Madame es muy madura y responsable. Madame sueña y convierte esos sueños en su vida cotidiana. Madame es una persona extraordinaria. Madame es mi amiga.

Madame sonríe y llora. Madame siente todas esas cosas que se han sentido por miles de años. Madame no es perfecta. Madame a veces corre el riesgo de sentirse mal, triste. Madame a veces daña sin poder evitarlo. Madame es como tú y como yo. Madame a veces necesita un amigo, o dos, o montones de ellos. Madame sueña con ser madre, tener hijos, ser exitosa en su trabajo. Madame sueña con ser feliz. Madame es un ser humano.

Quizá madame necesita que le recordemos qué es la vida. Quizá necesita que le digamos que es un beso, un suspiro, un abrazo, una increíble anécdota, una aventura, un error, un golpe, un viaje a la playa, unas sabritas, un gato hermoso, una flor, un ex novio, una película, un sueño, un milagro, unas ganas de vivir. Quizá necesita que le recordemos que la vida no se vive sola, que nadie puede sentirse demasiado humano, pues no somos más que eso. Quizá Madame necesita saber que nadie le pide ser perfecta, que nadie lo es. Que no importa si somos recordados por una eternidad, si no tenemos un instante, aunque sea el más pequeño posible, en que nos recuerden con amor. Quizá madame necesita escucharlo y creerlo y quizá más que nada, vivirlo.

Yo te quiero, Madame. Y aún no te viera siquiera por el resto de mis días, lo que digo es verdad. Quizá estas cosas son las que deberían durar por siempre. La sonrisa, el placer. Que el dolor se va y queremos olvidarlo; y así será. Como será tu felicidad en pequeñísimos instantes regados por el resto de tus días.
Para Pill.

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