domingo, 2 de septiembre de 2007

Soneta, we

La tarde prendada de aquel suspiro,
que tímida de versos se valía,
lleva en él un boceto de alma mía.
Lleva la paz, soledad de retiro.

Ansia callada de amar que enternece
su rúbrica le presta lacerante,
en un labio de besos anhelante.
En esta noche en que su historia crece.

Mas la luna le borda en claroscuro
y en la espina dormida es que le hiere.
En ardor de estrella, en fulgor puro,
En agua de cristal de lago. Despacio
te da vida y palabra si aun te quiere
y vuelves a ser tierra y firme espacio.

1 comentario:

Cirantis dijo...

demonios...quien escribiera como tú...me gusta mucho!!...