miércoles, 25 de abril de 2007

¡Feliz cumpleaños, papá!

Mañana es cumpleaños de mi padre, ya que nació el 26 de Abril del 1955. Mañana cumpliría 52 años. Él murió el 6 de Enero del 2007.

Es la primera vez en muchos años que no lo veré en este día. La primera vez en 27 años.

Alguna vez escribí:

"Es de noche y la tierra es un carnaval de sueños concebidos entre las sombras. De la oscuridad la creación milagrosa, el chispazo de ingenio, el poder de volar. En el piélago entre la vida fantástica y la realidad no hay imposibles, sólo deseos de más. De vez en cuando sucede que el sueño cruza la delgada línea del crepúsculo y se convierte en algo más allá, distinto. Es entonces que el sueño trasciende y evoluciona a la verdad. Es por eso que existen los milagros. Es por eso que existe el amor. Porque un día, alguien no pudo renunciar a su fantasía cuando viendo al albor a los ojos ese radiante astro, ese fulgor sin igual, lo deslumbró dejándolo ciego por siempre para por siempre soñar."

Era de noche cuando escribí eso, justo cuando murió mi padre. Cuando dejaba de soñar. Cuando recibí la llamada de mi hermano: "Wey, mi papá pues... se murió". No supe qué sentí. Incredulidad, si acaso, un valor enorme para no dejar caer a mi familia; unas ganas inmensas de estar ahí.

Yo estaba lejos de Culiacán, la ciudad donde vivimos juntos tantos años; yo bajo su techo. Hablaba con él todos los días, ese día lo noté triste, estresado. Fue la última vez que lo escuché.

Mañana voy a asar carne, voy a comprar vino tinto, asar cebollitas, chiles; o me iré para Altata -donde nació y ahora sus cenizas quedan- para hartarme de maricos en la playa; como tanto le gustaba. Mañana festejaré su nombre y su vida, y quizá la ilusión de verlo cumplir un año más con nosotros, ese sueño, para extrañarlo como en los cumpleaños que nos quedan por festejar.

Yo no sé cómo se sentía mi padre esa noche. Quizá dejó de soñar, quizá el dolor era tan grande que era más fácil dejar de sentir. Quizá se sentía solo, quizá, sí, quizá esa noche estaba triste, lo triste que un hombre a punto de dejarlo todo se debe sentir. No lo sé, porque esa noche lo que escribí, lo escribí para mí. Para soñar, para vivir, para convertir en realidad todos esos sueños que tengo, para hacerlos milagros regados por mis días. Como hizo él. No sé si ese día era feliz, creo que no; pero si sé que lo fue muchas veces, durante toda su vida. Sé que al final de los días, podía voltear atrás y sonreír, y sentirse satisfecho y orgulloso de haber llegado al final mejor de lo que alguna vez soñó. Se sentiría orgulloso, porque detrás quedábamos nosotros, sonrientes, orgullosos de haber sido parte de su vida, de haber sido parte de su felicidad.

Mañana festejaré en su nombre. Por ese hombre que hace castillos con nada más que sus manos y sus ganas de ser más. Por el hombre que dio todo y más por su familia y extraños. Por ese hombre que nos cuidó cada uno de los días de su vida. Por ese hombre imperfecto que se reía de sus manías y nos dejaba existir como lo más maravilloso que alguna vez pisó la tierra.

Extrañaré todo. Lo grande y lo pequeño. Su amor y sus tonterías. Extrañaré verlo todos los días o de vez en cuando y ver que le brillaban los ojos al llegar. Extrañaré su voz y sus cariños. Extrañaré sus anécdotas y sus canciones con la guitarra. Extrañaré su inteligencia y el comfort que me daba saber que siempre estaba ahi para sacarme de cualquier apuro. Extrañaré saber que mañana lo vería y que me llamaría por teléfono a diario para saber cómo estoy, cómo va el trabajo. Extrañaré verlo en cada cosa que me falta por vivir y al final de mis tantos días.

Feliz cumpleaños, papá. Te sueño retirado, descansando en tu casa, en la playa, sabiendo que no hay nada que le puedas pedir a la vida ya que no hay nada que no hayas dado por ella... y diste tu vida por llegar a donde estás. Donde quiera que esto sea. Descansa, que bien merecido lo tienes.

Nosotros estamos bien y estaremos mejor. Nos hiciste buenos y no tienes por qué preocuparte. No hay nada que pueda detener este sueño de ser felices por siempre. Festejaremos por ti esta vez; que un día, cuando sea tiempo, festejaremos juntos de nuevo. Te amo con el alma, papá.

Tu hijo, Luis Alberto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

es tan fuerte, y tan abstracto que las lagrimas no dejan de salir, orgulloso esta èl, al verte tan triunfante, y dichosos estamos nosotros al tenerte igual de cerca.

Te quiero luis, sonrie, recuerda, vivelo, sigue sus palabras acuerdate siempre y jamas te olvides que desde donde esta.. el te cuida y te ama.

feliz cumpleaños.

Espaciolandesa dijo...

Feliz cumpleaños Sr. Medina padre.
Tiene usted un hijo muy especial.